Me entristece ver cómo muchos cristianos oscurecen la figura de Azael y lo relativo a Lucifer, me enoja como muchos satánicos oscurecen también su figura, me parece en ambas, se llena su imagen de oscuridad cuando es portador de luz, ambas lo hacen por ignorancia. Personalmente mi lucha es por la Verdad, es utópica, pero mientras más se me aleja, más camino. Este artículo tiene referencias gnósticas, así como del libro apócrifo de Enoch (parte de los libros que la iglesia católica decidió ocultar). Este es un relato mítico (como el de todas las religiones) pero que me parece abre la mente a un nuevo arquetipo, le ilumina de una nueva manera. Digamos que pretende ser un texto luciferianista en tanto que pretender dar una luz, una nueva conciencia. No soy adorador de nadie, aunque me intrigan y respeto varias entidades, es decir, energías. No pretendo establecer esto como verdad, solo quiero expandir algo de la conciencia al presentarles una nueva versión mitológica (y el mito no es mentira, todo mito encierra una verdad, sólo hay que saberla descubrir). Lean y analicen, la razón y el libre albedrío son grandes herramientas que poseemos nosotros seres espirituales para el despertar humano.
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Azael el Ángel Rebelde por DrDannyR
Según el Libro de Enoch, Azael es un ángel
atractivo y seductor, que en tiempos remotos "convivía con las hijas del
hombre".
En sus orígenes, fue uno de los líderes de
los ángeles que se rebelaron contra Dios. Según cuenta el mito, al principio
había diez órdenes de ángeles, pero la mayoría de los del décimo orden se
convirtieron en ángeles caídos, y sólo quedaron nueve órdenes de ángeles leales
a Dios. Los ángeles del décimo orden, bajo el mando de Azael y Shemyaza, eran
llamados Grigori (los Vigilantes o los que no duermen), y eran los más próximos
a los humanos, hasta tal punto que se mezclaron con ellos, enseñándoles las
artes de la civilización y enamorándose de las hijas de Adán.
Los Vigilantes se unieron a las mujeres
mortales, "llevando el pecado a la tierra" y engendrando una raza
bastarda de gigantes conocida como los Nefilim. Azael enseñó a los hombres los fundamentos
de la alquimia y la metalurgia, y a las mujeres las artes mágicas y cómo
emplear cosméticos y perfumes para seducir a los hombres. A causa de esta sublevación angélica y
"perversión de los hombres", Dios desencadenó el famoso Diluvio y
arrojó a los ángeles rebeldes a las tinieblas eternas.
Se dice que ahora Azael
está encadenado en las Montañas de la Oscuridad, esperando el Juicio Final.
Aunque otras versiones del mito nos
aseguran que continúa libre, fuerte y muy activo, haciendo de las suyas.Esta es
una historia que me recuerda poderosamente al mito de Prometeo. Los
paralelismos son evidentes: Prometeo es encadenado por Zeus, y Azael es
encadenado por dios, en ambos casos por rebelarse contra el supuesto Dios
Supremo e instruir a la humanidad, regalándoles el fuego o la metalurgia.
Cuando pasó a ser un ángel caído, a Azael
empezó a conocérsele con el nombre más popular de Azazel, y se le consideró el
jefe de los Se’irim, demonios con forma de cabra que habitaban en el desierto y
a los que las tribus primitivas semitas ofrecían sacrificios. El Antiguo
Testamento señala que el rey Jeroboam designó sacerdotes para estos sátiros, si
bien el rey Josías destruyó posteriormente todos sus lugares de culto y
prohibió sus prácticas de adoración que incluían copulación de mujeres con
cabras. Pero estas prácticas debieron de continuar en la clandestinidad, pues
siglos después volvemos a encontrarnos con ellas en los aquelarres brujeriles,
presididos siempre por un demonio con patas de cabra, cuernos y demás… que es
como se suele representar a Azazel. De hecho, algunos estudiosos sostienen
falsamente que el nombre de Azazel significa chivo expiatorio, por los rasgos
zoomorfos que se le atribuyen. Pero en realidad el nombre de este ángel
significa en hebreo al que Dios fortalece, o también la fuerza de Dios. Y
ustedes tal vez se pregunten: ¿qué hace un ángel caído con semejante nombre?
Para responder bien a esta cuestión tenemos
que remontarnos al principio y hacernos otra pregunta: ¿por qué se rebelaron
Azael y sus ángeles contra Dios? Esta es la pregunta del millón, pero la
explicación que suelen dar los cristianos no suele ser demasiado convincente; de
hecho, suena a información dudosa de segunda o tercera mano. En cambio, los
herejes por excelencia, los gnósticos, nos dan la clave de este enigma
antediluviano en algunos de sus textos. En mi opinión, su versión es mucho más
convincente:
Según los gnósticos, al principio de los
tiempos Dios se fecundó a sí mismo, dividiéndose y dando a luz a su parte
femenina, la diosa Sofía. Sofía creó el Mundo Celestial y tuvo numerosos hijos:
los ángeles. Se convirtió en la amante de sus hijos, y tuvo más hijos con ellos,
que a su vez también se convirtieron en sus amantes… ¡y así hasta el infinito!
(Sí, el incesto era corriente en los cielos; todo eso de que los ángeles no
tienen sexo es un invento de la Iglesia bastante reciente). Los ángeles, a su
vez, crearon el Mundo Material, siguiendo las instrucciones de Sofía. Los más
amados por ella llegaron a ser seducidos hasta la obsesión por los secretos de
la unión sexual, pero la Diosa se cansó pronto de esta búsqueda sensual y
volvió a su fascinación original por el Padre, olvidándose de su función
original, que era crear más ángeles. Rechazados sexualmente, despechados y
celosos de Dios, muchos ángeles se rebelaron, convirtiéndose en demonios. Esos
ángeles rebeldes estaban liderados por Satanael, en su día el ángel más amado
por Sofía, que usurpó su poder. Hubo una guerra en el cielo entre los ángeles
leales a Sofía y los ángeles rebeldes que apoyaban a Satanael. Ganaron los
rebeldes, que convirtieron a Satanael en el nuevo Dios. Satanael hizo
prisionera a Sofía en el mundo inferior y la forzó, convirtiéndose con este
acto abominable en Satán...
A continuación Satán, en su pretensión de
ser más grande que la diosa, intentó crear vida sin su ayuda, pero todos sus
esfuerzos fueron inútiles, pues la vida sólo puede surgir de la unión de
fuerzas femeninas y fuerzas masculinas. Satán, así, sólo consiguió modelar
cuerpos sin vida, y se vio obligado a esclavizar las almas de otros seres ya
existentes para aprisionarlas en esos cuerpos imperfectos. Esos seres fueron
los dos ángeles más hermosos de los cielos: Adán y Eva, los padres de la
humanidad... Por tanto nosotros, sus descendientes, somos todos ángeles caídos,
de ahí que añoremos el mundo celestial, soñando con una vaga Edad de Oro. En
efecto, según los gnósticos, Satán sería el Yahvé del Antiguo Testamento, idea
que horroriza a la Iglesia porque pone patas arriba los orígenes del
cristianismo (a uno le da por pensar que esta historia podría explicar a la
perfección la esquizofrenia espiritual que padece el hombre moderno...).
¿Qué tiene que ver Azael con todo esto?, se
preguntarán. Muy fácil: Azael no fue un testigo pasivo de todos estos hechos,
sino que se rebeló contra el despotismo del falso Dios, desencadenando una
segunda fase de la Guerra Celestial tan importante como la primera, al oponerse
al aprisionamiento de Adán y Eva en cuerpos imperfectos (esto también lo
recogen varios textos cabalísticos, no sólo los gnósticos). Por atreverse a
protestar, Azael y los suyos fueron desterrados por Satán al mundo inferior,
donde no tardaron en mezclarse con los hijos de Caín...
Pero el verdadero crimen de Azael, aquel
que le condujo a la ruina, se dio una vez en tierra, al revelarle a los
primeros hombres los secretos del cielo, es decir, al instruirles sobre la
inmortalidad del alma, recordándoles su origen celestial con el fin de
liberarles del yugo de Satán. Fue por esta condición de maestro de la humanidad
que ilumina a sus pupilos, por lo que Azael se ganó su popular apelativo de
Lucifer, que en latín significa el portador de luz. Si Lucifer se llama así es
porque lucha contra las tinieblas, representadas por Satán, no porque sea el
dichoso Príncipe de las Tinieblas. Sólo los cristianos, en su ignorancia, se
atreven a confundir a Lucifer con Satán, cuando en realidad son figuras antagónicas.
Por supuesto, fueron estas actividades
subversivas las que no sentaron nada bien al falso Dios, que quería que la
humanidad siguiera sumida en la ignorancia para hacer con ella lo que se le
antojase. Si Yahvé/Satán mandó castigar a Azael y sus ángeles, fue porque vio
amenazado su poder en la Tierra; el conocimiento siempre ha sido considerado
muy peligroso. Ya ven, este fue el imperdonable crimen de Lucifer... ya se sabe
que la historia la (re)escriben los vencedores.
¿Pero hasta qué punto fue vencido Azael…?
¿Sigue encadenado en las Montañas de La Oscuridad o campa a sus anchas por el
mundo? ¿Y su prole, los Nefilim, realmente murió ahogada en el Diluvio? ¿No
hubo ningún superviviente?
Pues sí, al parecer los hubo. Según la
leyenda, cuando Azael enseñó a los hijos de Caín los secretos del cielo, su
compañera más querida fue la hermosa Noema (o Naamah), con la que tuvo un hijo,
Aza (el Fuerte), el jefe de los Nefilim. Por cierto que Noema era la hermana
del famoso Noé, y desde luego, no hubo sitio para ella en el Arca… pero
curiosamente sobrevivió al Diluvio, convirtiéndose en “el ángel de la
prostitución” (apelativo cariñoso que le dieron los inquisidores de épocas
posteriores). Aza, por su parte, también tuvo sus encontronazos con Yahvé, pues
también sobrevivió al Diluvio. Conoció al rey Salomón y le reveló los arcanos
celestiales, convirtiéndole en el hombre más sabio de la tierra y ayudándole a
levantar su famoso templo con la ayuda de sus demonios... Curiosamente, ciertos
textos cabalistas también relacionan a Salomón con Noema y Lilith, a las que
habría recibido en su corte disfrazadas de rameras.
Por supuesto, Azaze no fue menos que su
padre y también tuvo descendencia. En su novela Angelology, Danielle Trussoni
fantasea sobre su progenie, hábilmente camuflada entre los humanos modernos.
Lástima que lo que diga la escritora en sus páginas se halle sesgado por su
educación católica. El cuadro que nos pinta de los Nefilim nos recuerda al de
los vampiros clásicos, al describirnos a los hijos de Azazel como seres
profundamente malvados que no entienden de moral.
Otro escritor, el ruso Boris Akunin, nos
habla en su novela Azazel de una sociedad secreta que venera al ángel caído e
intenta derribar el orden mundial para instaurar en su lugar una especie de
anarquía. En sus páginas, la líder de la sociedad, una venerable anciana que
acoge a niños huérfanos para instruirles, se defiende de sus crímenes con este
discurso:
“-Azazel no es Satanás, sino el símbolo del gran salvador y civilizador de
la humanidad. Dios creó el mundo y a los hombres, y luego los abandonó a su
suerte. Pero los hombres eran tan ciegos y débiles que convirtieron este mundo
divino en un infierno. (…) Azazel enseñó al hombre el sentimiento de la propia
estima. Está escrito en el Libro de Enoch: Y con amor penetró en el alma de los
hombres y les descubrió los secretos que sólo conocían en los Cielos. Fue él
quien regaló el espejo a los hombres, o sea, la posibilidad de la memoria y de
la comprensión del pasado. Gracias a Azazel, el hombre aprendió todos los
oficios y a defender su hogar. Gracias a Azazel, la mujer, que hasta entonces
sólo había sido una hembra, sumisa y fértil, se convirtió en una criatura con
idénticos derechos y con la capacidad de elegir libremente ser hermosa o fea,
madre o amazona, dedicar su vida a su familia o a toda la humanidad. Dios se
había limitado a repartir las cartas a los hombres. Azazel nos enseñó a
jugarlas para conseguir la victoria.”