viernes, 27 de marzo de 2020

Azael el Angel Rebelde (Lucifer)





Me entristece ver cómo muchos cristianos oscurecen la figura de Azael y lo relativo a Lucifer, me enoja como muchos satánicos oscurecen también su figura, me parece en ambas, se llena su imagen de oscuridad cuando es portador de luz, ambas lo hacen por ignorancia. Personalmente mi lucha es por la Verdad, es utópica, pero mientras más se me aleja, más camino. Este artículo tiene referencias gnósticas, así como del libro apócrifo de Enoch (parte de los libros que la iglesia católica decidió ocultar). Este es un relato mítico (como el de todas las religiones) pero que me parece abre la mente a un nuevo arquetipo, le ilumina de una nueva manera. Digamos que pretende ser un texto luciferianista en tanto que pretender dar una luz, una nueva conciencia. No soy adorador de nadie, aunque me intrigan y respeto varias entidades, es decir, energías. No pretendo establecer esto como verdad, solo quiero expandir algo de la conciencia al presentarles una nueva versión mitológica (y el mito no es mentira, todo mito encierra una verdad, sólo hay que saberla descubrir). Lean y analicen, la razón y el libre albedrío son grandes herramientas que poseemos nosotros seres espirituales para el despertar humano.


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Azael el Ángel Rebelde por DrDannyR

Según el Libro de Enoch, Azael es un ángel atractivo y seductor, que en tiempos remotos "convivía con las hijas del hombre". 

En sus orígenes, fue uno de los líderes de los ángeles que se rebelaron contra Dios. Según cuenta el mito, al principio había diez órdenes de ángeles, pero la mayoría de los del décimo orden se convirtieron en ángeles caídos, y sólo quedaron nueve órdenes de ángeles leales a Dios. Los ángeles del décimo orden, bajo el mando de Azael y Shemyaza, eran llamados Grigori (los Vigilantes o los que no duermen), y eran los más próximos a los humanos, hasta tal punto que se mezclaron con ellos, enseñándoles las artes de la civilización y enamorándose de las hijas de Adán.

Los Vigilantes se unieron a las mujeres mortales, "llevando el pecado a la tierra" y engendrando una raza bastarda de gigantes conocida como los Nefilim. Azael enseñó a los hombres los fundamentos de la alquimia y la metalurgia, y a las mujeres las artes mágicas y cómo emplear cosméticos y perfumes para seducir a los hombres. A causa de esta sublevación angélica y "perversión de los hombres", Dios desencadenó el famoso Diluvio y arrojó a los ángeles rebeldes a las tinieblas eternas. 

Se dice que ahora Azael está encadenado en las Montañas de la Oscuridad, esperando el Juicio Final.
Aunque otras versiones del mito nos aseguran que continúa libre, fuerte y muy activo, haciendo de las suyas.Esta es una historia que me recuerda poderosamente al mito de Prometeo. Los paralelismos son evidentes: Prometeo es encadenado por Zeus, y Azael es encadenado por dios, en ambos casos por rebelarse contra el supuesto Dios Supremo e instruir a la humanidad, regalándoles el fuego o la metalurgia.

Cuando pasó a ser un ángel caído, a Azael empezó a conocérsele con el nombre más popular de Azazel, y se le consideró el jefe de los Se’irim, demonios con forma de cabra que habitaban en el desierto y a los que las tribus primitivas semitas ofrecían sacrificios. El Antiguo Testamento señala que el rey Jeroboam designó sacerdotes para estos sátiros, si bien el rey Josías destruyó posteriormente todos sus lugares de culto y prohibió sus prácticas de adoración que incluían copulación de mujeres con cabras. Pero estas prácticas debieron de continuar en la clandestinidad, pues siglos después volvemos a encontrarnos con ellas en los aquelarres brujeriles, presididos siempre por un demonio con patas de cabra, cuernos y demás… que es como se suele representar a Azazel. De hecho, algunos estudiosos sostienen falsamente que el nombre de Azazel significa chivo expiatorio, por los rasgos zoomorfos que se le atribuyen. Pero en realidad el nombre de este ángel significa en hebreo al que Dios fortalece, o también la fuerza de Dios. Y ustedes tal vez se pregunten: ¿qué hace un ángel caído con semejante nombre?

Para responder bien a esta cuestión tenemos que remontarnos al principio y hacernos otra pregunta: ¿por qué se rebelaron Azael y sus ángeles contra Dios? Esta es la pregunta del millón, pero la explicación que suelen dar los cristianos no suele ser demasiado convincente; de hecho, suena a información dudosa de segunda o tercera mano. En cambio, los herejes por excelencia, los gnósticos, nos dan la clave de este enigma antediluviano en algunos de sus textos. En mi opinión, su versión es mucho más convincente:

Según los gnósticos, al principio de los tiempos Dios se fecundó a sí mismo, dividiéndose y dando a luz a su parte femenina, la diosa Sofía. Sofía creó el Mundo Celestial y tuvo numerosos hijos: los ángeles. Se convirtió en la amante de sus hijos, y tuvo más hijos con ellos, que a su vez también se convirtieron en sus amantes… ¡y así hasta el infinito! (Sí, el incesto era corriente en los cielos; todo eso de que los ángeles no tienen sexo es un invento de la Iglesia bastante reciente). Los ángeles, a su vez, crearon el Mundo Material, siguiendo las instrucciones de Sofía. Los más amados por ella llegaron a ser seducidos hasta la obsesión por los secretos de la unión sexual, pero la Diosa se cansó pronto de esta búsqueda sensual y volvió a su fascinación original por el Padre, olvidándose de su función original, que era crear más ángeles. Rechazados sexualmente, despechados y celosos de Dios, muchos ángeles se rebelaron, convirtiéndose en demonios. Esos ángeles rebeldes estaban liderados por Satanael, en su día el ángel más amado por Sofía, que usurpó su poder. Hubo una guerra en el cielo entre los ángeles leales a Sofía y los ángeles rebeldes que apoyaban a Satanael. Ganaron los rebeldes, que convirtieron a Satanael en el nuevo Dios. Satanael hizo prisionera a Sofía en el mundo inferior y la forzó, convirtiéndose con este acto abominable en Satán...

A continuación Satán, en su pretensión de ser más grande que la diosa, intentó crear vida sin su ayuda, pero todos sus esfuerzos fueron inútiles, pues la vida sólo puede surgir de la unión de fuerzas femeninas y fuerzas masculinas. Satán, así, sólo consiguió modelar cuerpos sin vida, y se vio obligado a esclavizar las almas de otros seres ya existentes para aprisionarlas en esos cuerpos imperfectos. Esos seres fueron los dos ángeles más hermosos de los cielos: Adán y Eva, los padres de la humanidad... Por tanto nosotros, sus descendientes, somos todos ángeles caídos, de ahí que añoremos el mundo celestial, soñando con una vaga Edad de Oro. En efecto, según los gnósticos, Satán sería el Yahvé del Antiguo Testamento, idea que horroriza a la Iglesia porque pone patas arriba los orígenes del cristianismo (a uno le da por pensar que esta historia podría explicar a la perfección la esquizofrenia espiritual que padece el hombre moderno...).

¿Qué tiene que ver Azael con todo esto?, se preguntarán. Muy fácil: Azael no fue un testigo pasivo de todos estos hechos, sino que se rebeló contra el despotismo del falso Dios, desencadenando una segunda fase de la Guerra Celestial tan importante como la primera, al oponerse al aprisionamiento de Adán y Eva en cuerpos imperfectos (esto también lo recogen varios textos cabalísticos, no sólo los gnósticos). Por atreverse a protestar, Azael y los suyos fueron desterrados por Satán al mundo inferior, donde no tardaron en mezclarse con los hijos de Caín...

Pero el verdadero crimen de Azael, aquel que le condujo a la ruina, se dio una vez en tierra, al revelarle a los primeros hombres los secretos del cielo, es decir, al instruirles sobre la inmortalidad del alma, recordándoles su origen celestial con el fin de liberarles del yugo de Satán. Fue por esta condición de maestro de la humanidad que ilumina a sus pupilos, por lo que Azael se ganó su popular apelativo de Lucifer, que en latín significa el portador de luz. Si Lucifer se llama así es porque lucha contra las tinieblas, representadas por Satán, no porque sea el dichoso Príncipe de las Tinieblas. Sólo los cristianos, en su ignorancia, se atreven a confundir a Lucifer con Satán, cuando en realidad son figuras antagónicas.

Por supuesto, fueron estas actividades subversivas las que no sentaron nada bien al falso Dios, que quería que la humanidad siguiera sumida en la ignorancia para hacer con ella lo que se le antojase. Si Yahvé/Satán mandó castigar a Azael y sus ángeles, fue porque vio amenazado su poder en la Tierra; el conocimiento siempre ha sido considerado muy peligroso. Ya ven, este fue el imperdonable crimen de Lucifer... ya se sabe que la historia la (re)escriben los vencedores.

¿Pero hasta qué punto fue vencido Azael…? ¿Sigue encadenado en las Montañas de La Oscuridad o campa a sus anchas por el mundo? ¿Y su prole, los Nefilim, realmente murió ahogada en el Diluvio? ¿No hubo ningún superviviente?

Pues sí, al parecer los hubo. Según la leyenda, cuando Azael enseñó a los hijos de Caín los secretos del cielo, su compañera más querida fue la hermosa Noema (o Naamah), con la que tuvo un hijo, Aza (el Fuerte), el jefe de los Nefilim. Por cierto que Noema era la hermana del famoso Noé, y desde luego, no hubo sitio para ella en el Arca… pero curiosamente sobrevivió al Diluvio, convirtiéndose en “el ángel de la prostitución” (apelativo cariñoso que le dieron los inquisidores de épocas posteriores). Aza, por su parte, también tuvo sus encontronazos con Yahvé, pues también sobrevivió al Diluvio. Conoció al rey Salomón y le reveló los arcanos celestiales, convirtiéndole en el hombre más sabio de la tierra y ayudándole a levantar su famoso templo con la ayuda de sus demonios... Curiosamente, ciertos textos cabalistas también relacionan a Salomón con Noema y Lilith, a las que habría recibido en su corte disfrazadas de rameras.

Por supuesto, Azaze no fue menos que su padre y también tuvo descendencia. En su novela Angelology, Danielle Trussoni fantasea sobre su progenie, hábilmente camuflada entre los humanos modernos. Lástima que lo que diga la escritora en sus páginas se halle sesgado por su educación católica. El cuadro que nos pinta de los Nefilim nos recuerda al de los vampiros clásicos, al describirnos a los hijos de Azazel como seres profundamente malvados que no entienden de moral.
Otro escritor, el ruso Boris Akunin, nos habla en su novela Azazel de una sociedad secreta que venera al ángel caído e intenta derribar el orden mundial para instaurar en su lugar una especie de anarquía. En sus páginas, la líder de la sociedad, una venerable anciana que acoge a niños huérfanos para instruirles, se defiende de sus crímenes con este discurso:


“-Azazel no es Satanás, sino el símbolo del gran salvador y civilizador de la humanidad. Dios creó el mundo y a los hombres, y luego los abandonó a su suerte. Pero los hombres eran tan ciegos y débiles que convirtieron este mundo divino en un infierno. (…) Azazel enseñó al hombre el sentimiento de la propia estima. Está escrito en el Libro de Enoch: Y con amor penetró en el alma de los hombres y les descubrió los secretos que sólo conocían en los Cielos. Fue él quien regaló el espejo a los hombres, o sea, la posibilidad de la memoria y de la comprensión del pasado. Gracias a Azazel, el hombre aprendió todos los oficios y a defender su hogar. Gracias a Azazel, la mujer, que hasta entonces sólo había sido una hembra, sumisa y fértil, se convirtió en una criatura con idénticos derechos y con la capacidad de elegir libremente ser hermosa o fea, madre o amazona, dedicar su vida a su familia o a toda la humanidad. Dios se había limitado a repartir las cartas a los hombres. Azazel nos enseñó a jugarlas para conseguir la victoria.”

jueves, 21 de diciembre de 2017

Hello Mundo!

Hola Mundo


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Imágen de dinosaurio porque los dinosaurios son la mera tos.